jueves, 13 de mayo de 2010
Noche de nominaciones
Abandono la casa. Punto y final a mi destierro tras 23 noches durmiendo lejos de mi ama y, sobre todo, de mi añorado ático. Poco más de diez minutitos en coche me separan de la vuelta a casa (a mi terraza y a la de la vecina), con los cariños y juegos de mi jefa.
Punto y final también a mi blog en el que he ido contando cada una de las desgracias que me han ocurrido día a día a lo largo de estas 3 laaaargas semanas alojado fuera de mi hogar.
Ha sido un placer sentiros al otro lado de mis bigotes bloggeros y, aunque no prometo nada, quizás si mi jefa me dejase entrar en Internet desde el Mac de casa... volváis a saber de Chulo.
A mis cuidadores en el exilio no les digo nada. Creo que se acordarán de mi durante bastante tiempo. He dejado pelos suficientes y piederecitas de mi terrario para que se encuentren por todos los rincones de su casa al menos durante un año.
Cariñosos maullidos y ronroneos varios para todos.
Chulo
miércoles, 12 de mayo de 2010
Pensamientos de un gato (II)
Pensamientos de un gato (I)
¿Y a esto es a lo que llaman estar en el Trono?
Pues no lo entiendo, la verdad... donde esté mi bandejita de arena perfumada... ¡Uhmmm! Ahí si que me encuentro como un Rey (y salgo, como nuevo).
Pues no lo entiendo, la verdad... donde esté mi bandejita de arena perfumada... ¡Uhmmm! Ahí si que me encuentro como un Rey (y salgo, como nuevo).
Entrenando
Tres de la madrugada. Buen momento para mi entrenamiento diario.
No hay nada como unas buenas carreras por toda la casa y simulacros de caza para pillar el sueño.
No hay nada como unas buenas carreras por toda la casa y simulacros de caza para pillar el sueño.
Y este... ¿qué hace aquí? ¿No debería estar tratando de dormir?, que mañana tiene que madrugar.
martes, 11 de mayo de 2010
Se me olvida algo...
Algún día seré libre
¡Vaya! Todos mis planes se chafan.
La ventana abierta, solo en casa, y resulta que tengo debajo de casa el parque por el que pasean todos los perracos del barrio: un boxer, un terrier, un labrador ¡un dámata!... ¡Miau! ¿y aquello? ¡Es un bulldog!
¡Santo cielo! No creo que llegase ni hasta el primer árbol sin ser devorado. Mejor me voy a dormir otro poco.
lunes, 10 de mayo de 2010
Como el perro y el gato
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